Suscríbete a El Mundo, oferta especialSuscríbete a El Mundo, oferta especial Entrevista Chiara Martini, escort de lujo y empresaria:


Se llama Chiara Martini, pero en el registro civil de Olbia, la ciudad de Cerdeña donde nació y vive, no existe. Chiara Martini es en realidad la identidad deliberadamente falsa de una empresaria de 38 años, licenciada en Ciencias de la Comunicación, que en un momento dado decidió dar a su vida un giro transgresor. Lo llama un "paréntesis lúdico" y dice que puede ser terapéutico tanto para ella como para quienes la visitan. Precisamente por eso, su "visitante medio", una vez que la ha conocido y se ha puesto en contacto con ella, no suele olvidarla y siempre vuelve a ella. Porque Chiara Martini, como a ella misma le gusta repetir, "no presta servicios, sino que ofrece una experiencia integral". No en vano es una de las top escorts italianas más cotizadas, elegantes y profesionales que sólo elige para sí encuentros que estimulen y compartan la curiosidad.

P. Ha escrito un libro titulado Confesiones de una cortesana. ¿Por qué prefiere llamarse cortesana y no escort?
R. Porque el mío nunca es un encuentro sexual banal, no alquilo un cuerpo sino que entretengo a mi invitado cultural, física, emocionalmente, a veces incluso culinariamente. Conmigo los hombres establecen una relación, buscan un momento muy relajado en el que dar y recibir placer. Los que acuden a mí quieren el calor pero también la complicidad de una mujer. Soy una cortesana del tercer milenio

P. ¿Cuándo empezó?
R. Fue en Dubai, donde viví una temporada, trabajaba para una empresa y en mi tiempo libre quise probar por primera vez este ´divertimento´ poniendo un anuncio.

P. ¿Por qué Chiara Martini?
R. Porque mi familia no tiene por qué saberlo... Tengo una pareja que sí, pero podemos elegir a nuestras parejas y eso es diferente

P. ¿Un poco como el Zorro que nadie imagina que es Diego de la Vega?
R. Sí, ¡exactamente lo mismo! Pero también Pirandello, la máscara y la cara... Soy admiradora de Pirandello desde la adolescencia

P. ¿Cómo elige a su pareja?
R. Son los modales los que me hacen elegir, si una persona parece un caballero y se intuye que tendrá un comportamiento agradable elijo conocerla.

P. ¿Alguna vez ha tenido miedo de que un hombre fuera a verla?
R. No, porque soy muy previsora. Vivo de las relaciones públicas y comprendo inmediatamente, desde el primer contacto telefónico, quién está al otro lado. De las reacciones a un no por mi parte, de ser muy prepotente o de exigirme que me comporte como él quiere. Son problemas patológicos que mantengo debidamente fuera de mi puerta.

P. ¿Cuáles son sus tarifas?
R. Una hora cuesta 550 euros, 650 una hora y media y 750 dos horas. Pero lo más probable es que haya un ligero aumento en enero. Y luego están las reuniones más largas... incluyen pequeñas degustaciones y también cenas que me prepara un chef. Se pueden celebrar en otros escenarios, yates, villas, pero previo pago.

P. ¿Y cuánto cuestan?
R. Desde 1.500 euros por 4 horas hasta 5.000 por 24 horas y 10.000 por 48 horas

P. ¿La tarifa más popular?
R. La de tres horas que cuesta mil euros, un término medio entre la reunión de dos horas y esa hora extra para tomar un aperitivo. Siempre me gusta ofrecer cosas diferentes, nunca hay sólo champán, la dinámica tiene un enfoque escalonado

P. ¿Qué opina de las chicas y chicos que hoy en día que prestan sus servicios a través de Onlyfans?
R. Creo que las redes sociales han inculcado en los jóvenes la creencia de que por los famosos 15 minutos de fama, de los que hablaba Andy Warhol, puedes hacer cualquier cosa. Y cuanto más escandalizas al observador externo, más guay te sientes. Hoy en día el sexo se ha normalizado incluso en la televisión. Sin embargo, hay límites que, en mi opinión, no deberían traspasarse nunca

P. ¿Ha tenido alguna vez una pareja famosa?
R. Este verano estuve con un conocido empresario, le reconocí pero no le dije nada... y luego una vez con una conocida cantante

P. ¿Alguna anécdota que contar?
R. También este verano coincidí físicamente con toda la tripulación de un yate, entre capitán, armador y contramaestre, que vinieron a verme cuando el barco estaba atracado. Cada uno sin saber que venían los otros

P. ¿Relaciones a tres bandas?
R. Me ocurrió con un matrimonio que quería explorar su lado transgresor. Y luego con otra pareja que me eligió como regalo por su 50 cumpleaños y aniversario de boda


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